¡Un toque Antony!
Los gritos de un entrenador que no conectaba con un niño al que quería enseñar a patear. 4 consejos para tener un equipo más ágil.
Un día caminaba en el parque paseando a Wanda, mi perrita. En el camino escucho un grito que repetía constantemente: ¡Un toque Antony! ¡Un toque!
Era un niño y su entrenador de fútbol, que gritaba una y otra vez intentando explicarle en acción que solo debía darle un toque a la pelota. El niño se confundía una vez y volvía a gritar: ¡Un toque Antony! ¡Un toque!
Quiero explicarles cómo un líder puede influir en los miembros de su equipo y cómo podríamos hacerlo mejor. Tengo 7 años liderando equipos digitales de contenidos, medios, analítica y desarrollo y hay parámetros, dolores y aprendizaje que se repiten.
Disclaimer: No sé nada de fútbol, y no intento darles clase de eso. Tampoco y mucho menos simular un ataque de parte del entrenador a Antony.
¿Cómo con pequeños cambios volvemos al entrenador de Antony un líder más enfocado en agilidad?
1. Objetivos claros.
Es muy posible que Antony no haya tenido bien definido el norte. Quizás al entrenador se le ocurrió que ese día nunca debía tomar la pelota dos veces. ¡Solo una! Y era la primera vez que hacía eso. Sería prácticamente imposible que lo haga en un solo intento, sobre todo porque es un niño y es evidente que recién está empezando.
De la misma manera, pasa con un equipo de ‘growth’. El día de mañana no podemos llegar y decirles: “necesitamos 10,000 conversiones”, sin conversar previamente.
En ese caso puedes decir, necesitamos 10,000 conversiones y preguntar al equipo: ¿Qué necesitamos para lograrlo? Algunos dirán tiempo, otros recursos, como pauta, desarrolladores, en fin… Negociar y en base a eso establecer objetivos.
Puedes leer más sobre OKRs para saber más de cómo lograr esto.
2. Cambios progresivos.
En la misma línea de los OKRs. La primera propuesta de Antony pudo ser: Ok, entrenador, estoy dispuesto a hacer un máximo de 10 veces un pase con doble toque.
Poco a poco pudieron ir levantando la valla, hasta que lo haga excelente.
Los cambios inmediatos y disruptivos son irrealistas, pero negociando con el equipo se puede lograr cambios que realmente sean importantes.
3. ¿Por qué lo hago?
“La gente no compra lo que haces, compra por qué lo haces.” - Simon Sinek.
Qué tal si en lugar de simplemente decirle a Antony: “Hoy debes dar solo un toque”, previamente le explicamos por qué debe hacerlo.
En este caso, podría ser:
“Vas a ganar más agilidad. Como Messi, mira las jugadas que ha logrado con un solo pase.”
“Vas a perfeccionar tu puntería. Como Ronaldo, mira las jugadas que ha logrado y su entrenador comenzó haciéndolo dar un pase sin tocar dos veces la pelota.”
De la misma forma, muchas veces las aseveraciones de los líderes son: “Debemos mejorar el rebote.
Sería mejor, explicar qué beneficios obtendrá la empresa y el equipo mejorar dicho ratio:
Mejorará las ventas.
Estaremos más tranquilos.
Si lo hacemos ahora, luego tendremos tiempo para hacer otros experimentos.
Explicar y hacer entender el por qué ayuda al equipo a no solo ver la solución como un caballo, mirando un solo camino. Sino entendiendo a dónde queremos llegar y aportando diferentes soluciones que pueden resolver el problema (muchas veces) de forma más efectiva.
4. Visibilidad y transparencia.
Soy un eterno creyente de que la visibilidad y transparencia es el dolor de muchos equipos y este otra vez este es el caso:
Imaginemos que dado que Antony ya tenga los objetivos claros, ahora ponemos en la cancha una pizarra que se actualiza cada vez que él da dos toques con la pelota. De esa forma Antony puede observar su progreso en vivo y al tener saber que va 2, 3, o 6 toques puede ir exigiéndose mucho más. De esta manera el entrenador también se ahorra estar gritando una y otra vez.
Ahora llevémoslo al equipo, además de un equipo saber sus objetivos y resultados, debe tener acceso a su progreso en el momento correcto. Muchas veces esta no es tarea de solo el líder, sino también de el equipo, que debe hacer propuestas para visibilizar su trabajo: Un dashboard es buena idea, un trello, un notion, cualquier cosa puede ser la pizarra de Antony que ahorre los gritos del jefe y demuestre que efectivamente se están cumpliendo los resultados.
Extra: La recompensa
Hábitos atómicos, un libro de James Clear lo menciona: Señal, anhelo, respuesta y recompensa.
¿Qué tal si en este caso y cuando Antony cumpla el objetivo puede dedicarse a hacer lo que le gusta: Una pichanga o dominadas, algo que realmente lo motive? Eso haría el ejercicio más fructífero.
Cuando un equipo trabaja, también espera una recompensa, una felicitación pública es suficiente, porque a todos siempre nos sube los ánimos mantenernos alentados por nuestro equipo. Luego podemos explorar incluso un plan de recompensas por cumplimiento, pero ese es otro tema.
Espero haber ilustrado bien cómo podemos construir un equipo más ágil, de hecho si llegaste hasta aquí se te ha ocurrido una, dos o más formas de motivar a Antony, de la misma forma en la que puedes motivar a un equipo al cumplimiento de sus objetivos. Cuéntanos en los comentarios.